En esta vida te habrás encontrado con personas que te transmiten
buenos valores y actitudes positivas y que te contagian de su
positividad y alegría. Normalmente, tendemos a querer ser amigos y estar
cerca de este tipo de personas, por razones más que obvias.
No
obstante, existe otro tipo de individuos que tienden a debilitar nuestro
estado emocional. Las razones por las cuales los vampiros emocionales
hacen florecer las malas sensaciones en otras personas son muy variadas:
pesimismo, egocentrismo, narcisismo, inmadurez, falta de empatía…
Hoy ahondamos en la personalidad de estos vampiros emocionales;
individuos que, inconscientemente o no, tienen la habilidad de sustraer
la energía y el buen ánimo a las personas que le rodean, creando un halo
de negatividad.
El principal problema que causan los vampiros
emocionales es que no solo son capaces de enturbiar el ambiente durante
lo que dure su presencia, sino que, a medida que nos relacionamos con
ellos de forma cotidiana, nos acaban generando altas cotas de estrés y
fatiga emocional.
Los vampiros emocionales se nutren de dos
elementos para poder empezar a robar la energía emocional a los que les
rodean: tiempo y proximidad. Es necesario que consigan establecer
ciertos vínculos emocionales y de amistad con la otra persona. A partir
de ahí, suelen aprovecharse de sus puntos débiles y se encargan de
sacarles partido.
Por esta razón es difícil tener un buen estado
emocional si el vampiro emocional es una persona que forma parte de
nuestro círculo más cercano: familiares, amigos o tu pareja sentimental.
Cuanto más próxima es la relación, más te va a costar evitar sus
efectos nocivos.
Debemos tener en cuenta que el estado emocional
de las personas que nos rodean acaba por afectarnos: las emociones se
contagian, para bien o para mal. Y cuando se da la circunstancia de que
estamos manteniendo emociones negativas durante cierto tiempo, los
problemas psicológicos (y hasta algunos trastornos) pueden empezar a
aparecer.
Es por esta razón que, si no tenemos más remedio que
convivir con un vampiro emocional, es preciso que aprendamos a detectar
sus rasgos distintivos y sepamos hacer frente a sus malas vibraciones.
Las 7 personalidades típicas de los vampiros emocionales
Los individuos que se nutren de la energía emocional de los demás son
propensas a manipular emocionalmente a sus ‘víctimas’ para poder así
alcanzar sus metas o propósitos. Suelen acercarse a las personas de su
entorno para exteriorizar su negatividad y aprovecharse de la energía de
su interlocutor.
Además, una vez han vaciado sus pensamientos y
emociones negativas, abandonan el lugar de los hechos y se disponen a
abordar a otra persona que pueda servirles para descargar su malestar.
Una característica en común: falta de empatía
Los vampiros emocionales se caracterizan por tener muy poca empatía. Se
muestran claramente egoístas ya que utilizan la presencia de otra
persona para vaciar toda la negatividad acumulada, sin reparar en que
esto generará malestar y desazón a su interlocutor. No se ponen en el
lugar de éste último.
Aunque tienen ciertos aspectos en común,
los vampiros emocionales pueden adoptar varias formas. Es por eso que
hemos recopilado un total de siete personalidades típicas en las
personas que te roban tu optimismo.
1. Personalidad criticona
No solo se encarga de poner pegas y mostrarse contrario a todo lo que
hagas o digas, sino que su propósito último es hacerte sentir inferior a
él. Tú siempre estás equivocado y él sabe la verdad de todo. Además, si
le cuestionas su actitud, lo más normal es que se justifique diciéndote
que “solo quiere lo mejor para ti”.
Si permaneces cerca de esta
persona durante unas cuantas horas, te darás cuenta que gran parte de lo
que expresa son críticas, críticas y más críticas. Nada le parece bien,
y no me refiero solamente a cosas banales como la última película que
ha visto o la serie de televisión que está de moda, sino que no cesa en
su empeño de criticar tus ideas, tus gustos o tu conducta.
Este
tipo de vampiro emocional es tan intrasigente que acaba resultando
irritante y puede llevarte a un estado emocional pésimo. ¡Ten cuidado
que no te contagie y empieces a criticar tú también!
2. Personalidad pesimista
El vampiro emocional también puede adoptar la forma del pesimista
empedernido. Siempre ve la vida con el vaso medio vacío, se muestra
apesadumbrado, todo le parece negativo y te va a costar horrores
convencerle de que está siendo demasiado pesimista… porque siempre tiene
preparado un contraargumento que “demuestra” que la existencia no vale
la pena.
Si te rodeas de este tipo de persona, puede ocurrirte
que acabes convenciéndote de que su visión de las cosas es cierta y
acabes siendo tú una persona pesimista, llevándote a una actitud
negativa, sin esperanza por mejorar y sin ganas de mejorar la realidad
ni de emprender tus proyectos.
3. Personalidad catastrofista
Los vampiros emocionales también pueden ser tremendistas. Esta
personalidad lleva a un extremo el pesimismo, para ellos, cualquier
hecho o situación adquiere una magnitud apocalíptica.
Sus temas
de conversación preferidos versan sobre catástrofes y hecatombes que han
oído en el telenoticias o incluso en desastres que no han ocurrido pero
que, en su opinión convencida, podrían suceder.
Este tipo de
vampiros creen firmemente que la vida es hacer frente a una larga lista
de peligros e inminentes desgracias. Si tienes la mala suerte de
coincidir con alguien así, notarás como pronto te sientes agotado y, en
el peor de los casos, podrías empezar a incorporar a tus esquemas
mentales algunas de sus paranoias.
4. Personalidad quejica y victimista
Es esa típico individuo que no para de quejarse por todo lo que le
ocurre. Tanto si las cosas les van mal como si les van bien, siempre
tendrá motivos por los que quejarse y hacerse la víctima ante ti.
En una persona victimista es muy complicado encontrar apoyo emocional,
puesto que ellos siempre van a considerar que sus problemas son mucho
más importantes que el tuyo. Es probable que notes que el quejica
descarga todos sus problemas cuando habláis, pero pocas veces se muestra
abierta a escucharte y ofrecerte su brazo cuando tú lo necesitas a él.
5. Personalidad agresiva
Son personas que reaccionan de forma violenta sin venir a cuento. Si
dices o haces algo que no les parece bien, puedes desencadenar su furia,
por ejemplo con un gesto que pueda ser malinterpretado o por un
comentario que sacan de contexto.
Sus reacciones son
desproporcionadas, tanto que puedes tener un problema grave si no tienes
cuidado con lo que haces. Por supuesto estar rodeado de una persona que
te obliga a medir al milímetro todo lo que haces o dices no es positivo
en absoluto para tu salud mental y emocional. Y, huelga decirlo, vas a
sentirte agotado a los diez minutos de empezar una conversación con el
vampiro emocional agresivo.
6. Personalidad sarcástica
Esta
es una personalidad vampírica especialmente molesta. A la persona
sarcástica le encanta lanzar ironías sobre ti, dardos envenenados,
mientras se protege detrás de la levedad de una "simple broma". De este
modo, nadie puede reprocharle su desplante, puesto que “tan solo era una
broma..:”.
Aunque a veces sus comentarios puedan resultar
graciosos e ingeniosos, lo cierto es que a menudo sobrepasan los límites
del respeto y son crueles con las demás personas. Si te expones mucho a
una persona que emplea comentarios sarcásticos e hirientes, puedes
acabar con tu autoestima por los suelos. Además, es agotador: es como
ser un soldado aislado en territorio enemigo: solo te queda rezar para
que las bombas no te caigan encima.
7. Personalidad pusilánime
Son personas con características distintas a las seis demás
personalidades que hemos descrito. Es el vampiro emocional que mejor
sabe pasar desapercibido, puesto que su conducta no es histriónica ni
agresiva, sino que se muestran como seres desvalidos y sin capacidad
para desenvolverse por sus propios medios.
Suelen causar lástima a
los que les rodean y consiguen que los demás centren su atención en
ellos. Esto lleva a un círculo vicioso: se hace el pusilánime para
llamar la atención, consigue su propósito puesto que la gente los
atiende y de este modo se sienten reforzados en su actitud.
El
pusilánime es un vampiro emocional puesto que demanda de tu atención y
tus cuidados por vicio. Acaba por robar tu valioso tiempo, tu espacio, y
no es infrecuente que no aparezca por ningún lado cuando eres tú quien
le necesitas a él.
Todos, de una u otra forma, somos vampiros
energéticos. Todos estamos atados y robándonos energía mutuamente,
porque esa energía que robamos sólo nos dura un momento, no es una
energía real, es sólo una ilusión de conquista. Cuanto más alto
vibramos, menos necesitamos vampirizar a los demás, porque tenemos
nuestra propia energía sólida y estable.
viernes, 26 de agosto de 2016
sábado, 20 de agosto de 2016
El Duelo.
El
Duelo no sólo se vive cuando fallece alguien cercano, sino cuando
tenemos una pérdida en nuestras vidas por ejemplo el trabajo, una
relación, un confort, una posesión. Es un camino innegable que tiene que
recorrerse, pero al final sales fortalecido.
¿Cuáles son las etapas del duelo?
Cuando se habla de de las etapas del duelo, en la mayoría de las oportunidades se hace referencia a las 5 etapas del duelo identificadas por Elisabeth Kübler-Ross. Kübler-Ross era una psiquiatra que estudió cómo las personas a las que se les había diagnosticado una enfermedad terminal hacían el duelo por la pérdida de la salud. Ella identificó las siguientes 5 etapas del duelo:- Negación: “Esto no está sucediendo. No a mí”.
- Ira: “¿Por qué está sucediendo? ¿Quién tiene la culpa?”.
- Negociación: “Haré un cambio en mi vida solo si eso significa que esto no me sucederá”.
- Depresión: “Ya no me importa”.
- Aceptación: “Estoy en paz con lo que está sucediendo”.
¿Cuáles son los síntomas del duelo?
El duelo puede incluir tanto síntomas físicos como emocionales. Existe una gran superposición con los síntomas de la depresión. Por ejemplo, los síntomas emocionales podrían incluir los siguientes:- Ira.
- Ansiedad y ataques de pánico.
- Culpa.
- Negociación.
- Confusión.
- Negación.
- Desorganización.
- Miedo.
- Culpa.
- Irritabilidad.
- Soledad.
- Aturdimiento.
- Tristeza.
- Shock.
- Episodios de llanto.
- Diarrea.
- Mareos.
- Latidos cardíacos rápidos.
- Sentir que tiene un bulto en la garganta.
- Alucinaciones (p. ej., ver imágenes de la persona fallecida).
- Dolores de cabeza.
- Hiperventilación.
- Náuseas.
- Falta de apetito.
- Inquietud.
- Falta de aire.
- Problemas para dormir.
- Opresión en el pecho.
- Cansancio.
- Pérdida o aumento de peso.
¿Cómo manejo una pérdida?
No hay una forma “adecuada” de hacer el duelo. Cada persona es diferente. Tómese un tiempo para experimentar su pérdida a su manera, pero recuerde cuidarse:- Hable de cómo se siente con otras personas.
- Intente mantenerse al día con sus tareas diarias, así no se siente abrumado.
- Duerma bastante, siga una dieta bien equilibrada y haga ejercicio en forma regular.
- Evite el alcohol. El alcohol puede hacerlo sentir más deprimido.
- Vuelva a su rutina normal tan pronto como pueda.
- Evite tomar decisiones importantes de inmediato.
- Permítase llorar, sentirse aturdido, enojarse o sentirse del modo que se siente.
- Pida ayuda si la necesita.
- Hable con sus familiares,amigos
- Pida ayuda a un profesional
- Haga meditacion
- Terapias de reiki.
¿Cuánto dura el duelo?
Probablemente comenzará a sentirse mejor dentro de las 6 a 8 semanas. El proceso completo puede durar entre 6 meses y 4 años.
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